Amigos delirantes, voy a escribir una historia que traigo calentita. No es ninguna teoría, ni ningún consejo, ni nada que creo que tenga valor. Es simplemente una historia de mi vida. No tiene moraleja, y supongo que tampoco tenga ningún valor, pero me apetece marcarme un "basado en hecho reales" que hace tiempo que no escribo ninguno.
Llego ahora mismo del bar al que suelo a ir a tomar unas cervezas con mis amigos. Lo que me impulsa a escribir esta historia, es que he visto, de promotora, a una chica que hace como cinco o seis años que no veía. Casualmente hace una semana o dos, borré su número de mi móvil, haciendo limpieza, pensando que no volvería a verla nunca. No ha pasado nada interesante, no se monten películas. Solo he hablado con ella de que hacía años que no nos veíamos.
Recuerdo que por aquél entonces habías establecido "la pirámide del amor". Que no era más que una escala para valorar a las mujeres. A esta chica le habíamos establecido el ranking de diosa. La verdad que estaba, y está, bastante buena. Pero no es menos cierto que igual fuimos demasiado generosos. Pero éramos jóvenes, no sabíamos los que hacíamos.
Lo dicho, hace como cinco o seis años, hicimos, mis amigos y yo, uno de nuestros típicos asaderos. Lo único destacable es que conocimos a un par de chicas, aunque solo una nos llamó la atención. Más que su simpatía, que ahora con la perspectiva del tiempo he de decir que no le sobraba, fueron sus grandes pechos. Si es a día de hoy que aún me llaman la atención, imagínense cuando tenía unos 16-17 años. Resulta que aquél día, aparte de tonterías varias de la edad, simplemente nos dimos los messengers y a correr.
Pasó un tiempo. Bastante si no recuerdo mal, hasta que volví a saber de ella. Se ve que le dio por aceptar a un amigo mío, o igual era cierto eso de que se conectaba poquísimo, a saber. Mi colega y ella hablaban a menudo por lo visto. Incluso un día llegaron a quedar. Él quería algo más. Obvio. Ella, al parecer, no. Resulta que se enfadaron y no volvieron a hablar. A mi me extrañó pero tampoco le di mayor importancia. Una chica más de tantas otras.
Con los meses, yo me fui a estudiar a Barcelona. Un buen día esta chica aparece en mi messenger. Recuerdo que fue una sorpresa para mi. Nunca hablé de lo que le había pasado a mi amigo con ella, no creí que importase y tampoco me quería meter. A título personal he de decir que en aquella época, me "uní" bastante a esta chica. Hablábamos con mucha frecuencia, creo que practicamente a diario. Se notaba que algo habíamos congeniado. Mi colega tampoco me lo tuvo en cuenta, ni me dijo nada en especial. Yo me había hecho amigo de esta chica, y punto.
Con motivo de los carnavales regresé a mi ciudad, Las Palmas, y pasé unos días aquí, 2006 debería ser. Yo había medio quedado con esta chica de vernos, nos llevábamos bien, y por qué no. Hoy con mi colega, recordamos que cuando me encontré con ella en medio de la fiesta, ella lo evitó a él y vino hacia mi y me saludó. Fue tan bueno el encuentro como escueto. Nos saludamos, intercambiamos cuatro palabras protocolarias y a otra cosa mariposa.
No volví a saber de ella. No contestó a mis mensajes. No se volvió a conectar al messenger. Nada de nada. Creo que incluso le cayó un email. Recuerdo que hasta casi me preocupé, pues no entendía por qué había desaparecido así. La cosa es que desapareció, no la volví a ver. Hasta hoy.
Hace un par de horas, llegué al bar con mi colega, ese colega justamente, nos pedimos unas cervezas. Todo normal. Me fijé que la promotora de una conocida marca de ron había cambiado con respecto a semanas pasadas. Le dije a mi colega, eh, que es la diosa (realmente dije su nombre pero para mantener el anonimato). Él me dijo que no. Me empeñé en que sí. Volvió a negarmelo. Dudé. Le volví a decir que era ella. Entonces decidí preguntar a uno de los camareros conocidos que tenemos ahí. ¿Es la diosa? Sí, es la diosa. Bingo, había acertado.
Entre risas y cervezas, noto como ella me mira, está claro, ella también se ha percatado. Se acerca y me dice, tu cara me suena. A mi también la tuya. Pero no sé de que. Piensa, piensa. Espera un poco. Esperando esperando, al rato cae, se acordaba de nosotros dos.
Pensé en decirle que por qué apareció y desapareció así de mi vida. Pude hacerlo. Nada me lo impedía. De hecho estuve a punto de hacerlo. ¿Por qué no lo hice? No creía que valiera la pena. Han pasado años. Fueron cosas de adolescentes. El tema es, el mundo es un pañuelo. Nunca sabes con quien te volverás a encontrar. Sé que estará en ese bar unos días más. ¿Volveré? Seguro. Igual sí que le pregunto que si se acuerda de lo que pasó, igual me lo aclara.
Bonus track: En una noche de "reencuentros" también hemos vuelto a ver a una chica mítica de nuestra adolescencia. La hindú tetuda la llamábamos.