Amigos delirantes, hoy les voy a contar una pequeña anécdota que me pasó anoche. Va de pringados, de quien lo dice y de quien lo es.
Estaba yo bebiendo en la calle con unos amigos y allí había un chico que conozco de una vez que coincidió de fiesta conmigo y ya está. Pues resulta que estaba yo, entre risas, diciéndole a un amigo que para un polvo de una noche es tontería esforzarse con una chica, que ella ya sabe si quiere algo contigo o no, antes de que abras la boca. Una amiga mía asentía entre bromas y risas. Todo aparentemente normal.
El chico ese que no conozco, me dijo que yo era un pringado por decir eso. Que él elegía a las tías a las que se tiraba, no ellas las que lo elegían a él. Además se le llenaba la boca diciéndolo. Obviamente, le reté a que me demostrase que él no era un pringado. Obviamente se negó, pues su novia estaba allí - estoy casado dijo -. Intenté explicarle mi punto de vista, incluso mi amiga me apoyaba. Le expliqué que yo no hablaba del amor de toda la vida, que hablaba de un polvo de una noche. Tras esto, titubeó un poco, muy poco, y me reconoció que él, ni por supuesto yo, nos íbamos a zumbar a modelos checas - gracias por la aclaración, por cierto -.
Seguimos hablando, seguimos bromeando, y apareció su novia con otra amiga mía. Él se dedicó a volver a llamar pringado, varias veces. Así con toda la confianza del mundo, que yo no le he dado. También dijo que él bromeaba, que no era todo en serio. Pero aún así, seguía llamándome pringado. Tanto fue el cántaro a la fuente, que se le acabó rompiendo, y tuve que decirle que dejara de tirarme de la lengua. Por suerte, no me oyó. Pero nuestros amigos en común sí. Una pareja. Ambos me dijeron que me callase, por favor, que me callase.
¿Qué me tenía que callar? Pues que yo para Mr.Fucker, seré un pringado, pero él para mi, y para todo el mundo, un cornudo. No una vez, si no repetidas veces. Desconozco si él lo sabe, desconozco si estaban juntos cuando ella echó la canita al aire. No lo sé. Pero a raíz de la reacción de nuestros amigos en común, creo que muy al tanto no estaba. Luego incluso me enteré que le dijeron a la novia que le pidiera al novio que se callase ya, que a mi se me iba a escapar. Pero no. Yo soy un caballero. Yo sé lo que yo soy. Yo no tengo que decirle a nadie lo que es y lo que no es. Yo no soy un bocazas. Yo no llamo a nadie pringado, cuando en realidad lo soy yo.
Lo mejor de esta historia es que tiene moraleja. Como diría un buen amigo mio, "vas de listo, y te estampas".